lunes, 3 de mayo de 2010

La consecuencia de la facilidad

Después de ver un reportaje que emitieron el pasado viernes 30 de abril en la cadena del grupo Prisa, Cuatro, siento cierto respeto sobre la utilización de Internet.
Sólo con que la reportera diese un nombre y los dos apellidos de una persona, un detective privado sabía, en menos de dos minutos, la edad del investigado, DNI, domicilio actual y anterior, con quién vive, si tiene hipoteca, por cuánto importe y con qué banco.

Esto hace que nos paremos a pensar que el uso que hacemos de algunas páginas Web y los datos que escribimos en nuestros perfiles de las redes sociales, descubren informaciones privadas de nuestra vida y esto puede llegar a ser peligroso. Pero esto no es lo que más me sorprendió, ya que hay infinidad de datos en los archivos públicos que desvelan incluso cuál es nuestro sueldo y cuantas multas tenemos, en el caso de tenerlas.

Por una parte, la utilización de Internet va en aumento y sobre todo el uso de las redes sociales. Según un artículo publicado en elpublicista.com, casi 1.000 millones de personas ya están en las redes sociales, en concreto 940 millones de individuos según un estudio realizado por la consultora InSites Consulting. Estos datos revelan que somos muchos los que tenemos un perfil en la red, pero está claro que depende de cada uno el tipo de información que queramos dar sobre nosotros mismos. Existe mucha ingenuidad y muchas personas escriben sus datos en el perfil fiándose de la utilización que pueda hacer cualquier persona de ellas.

También colgamos fotos y publicamos comentarios que desvelan lugares que frecuentamos entre otras cosas. Todo este tipo de información, es accesible para cualquier persona que tenga la posibilidad de entrar en tu perfil, así como toda mafia organizada o todo hacker.
Debemos ser conscientes de ello.

El problema viene cuando no somos los responsables de la información que se publica de uno mismo en la red. Me refiero a todo lo que está disponible en los archivos públicos. Cualquier persona puede acceder a ellos y quizá esos sean uno de los lugares donde se encuentra la información más importante de nuestra vida privada.
Creo que deberíamos pensar en ello y ser conscientes de lo que aparece en la red sobre nosotros mismos.
Si no podemos hacer nada en algunas ocasiones, en las que si que se puede, debería hacerse. Hay que saber que Internet puede facilitarnos muchos aspectos en los trámites de la vida diaria pero también tenemos que ser consecuentes con lo que publicamos en la red.

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